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Temas de Cooperación Internacional para el Desarrollo

La cid y las políticas de juventud P. García trado que no hay elementos suficientes para sostener que sólo la juventud muestra signos de apatía hacia la política y que en cambio el significado de la participación juvenil es mucho más amplio que la participación política, porque implica muchos más ámbitos en los cuales los jóvenes pueden ac- tuar colectivamente y organizarse para mejorar sus posibilidades de acceso a bienes y servicios y así potenciar sus opciones de inclusión, para integrarse a proyectos sociales en curso, mejorar las oportunidades de concreción de sus proyectos vitales o construir su autoestima haciéndose protagonistas de sus guiones de vida. Con ello, la importancia de sostener que una sociedad que promueve la participación ciudadana y no sólo la política fortalece también el sentido de pertenencia de los ciudadanos –y la democracia– a través de brindarles los medios para promover el desarrollo de capacidades que les ofrecen las he- rramientas necesarias para el fortalecimiento de mecanismos apropiados que 183 fomenten la organización colectiva y comunitaria, la apropiación de lugares públicos y su participación en espacios hasta ahora exclusivos del Estado, dándoles impulso como actores clave para el desarrollo y trasformadores so- ciales de sus propios entornos. En este sentido, la participación permite a los sujetos, en este caso los y las jóvenes, incidir en decisiones colectivas, mejo- rando sus capacidades y dotándolos de mayor control e influencia sobre los recursos y procesos políticos. Pero, ¿qué ha pasado con la participación de la juventud? Al respecto es necesario distinguir entre la participación convencional y la no conven- cional. En la primera se incluyen actividades que se encuadran dentro de las normas sociales y políticas en torno del voto y la participación en las cam- pañas electorales. El concepto de participación política no convencional, en cambio, implica expresiones de intereses y opiniones (como protestas y manifestaciones) que buscan influir en la acción del gobierno y, por lo tanto, deben considerarse formas de participación política. “La participación en nuevos movimientos sociales y en redes diversas también ha sido incluida dentro de este tipo de participación política no convencional.”26 Así, un indicador útil para el análisis de la participación política con- vencional, aunque lo considero limitado, es el ejercicio del derecho a voto en las elecciones presidenciales de cada país. Esta es la forma de involu- cramiento político menos exigente y, por consiguiente, más usual. Aquí, lo D. R. © 2010, Instituto Mora Se autoriza la reproducción total o parcial de este artículo, siempre y cuando se cite la fuente.


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