Page 108

Representaciones y practicas sociales

La caricatura poLítica en Veracruz M. López una historia no oficial, contada a través de imágenes en las que no sólo se en- cuentran líneas, códigos y simbolismos que nos ayudan a identificar tal o cual personaje, sino formas personales de percibir, analizar y criticar el momento histórico de aquellos años. Hasta entonces, estas caricaturas dejarán de ser simples dibujos con temáticas políticas, para adquirir el rango de documentos históricos que nos lleven a través de múltiples interpretaciones a conocer el conflicto armado entre constitucionalistas y convencionistas. “La caricatura política como el plan y el manifiesto, constituye un documento. La huella de los acontecimientos se puede encontrar en los diseños, y tanto como aquellas piezas, los dibujos se prestan como revolucionarios: traducen, a su modo, los intereses en juego, los diferentes orígenes y las variadas interpretaciones.”45 A un par de meses de haber comenzado la guerra civil, en los periódi- cos estudiados se hizo una semblanza de la revolución mexicana desde sus inicios en 1910 y hasta el estallido del nuevo conflicto. Así, se rememoró el 109 triunfo de Carranza sobre Victoriano Huerta a través de una serie de editoria- les en los que además de analizar, discutir y criticar a Huerta, se lo caricatu- rizó de una forma satírica y mordaz (véase caricatura 1). En esta caricatura se hace alusión al día en que Huerta, derrotado por las fuerzas constitucionalistas, abandonó México. Este con rasgos monstruo- sos y en medio de un camino lleno de cráneos y esqueletos emprende la huida, mientras tanto, pisotea los derechos y garantías individuales del pue- blo mexicano. En su camino va dejando un ambiente de desolación, pobreza y muerte. En su mano izquierda porta el saco del tesoro nacional y en la otra sus pertenencias: botellas con aguardiente y dagas manchadas con la sangre de los mártires de la democracia –Francisco I. Madero y José María Pino Suá- rez. El pie de la caricatura dice: El despertar del súbito letargo, fue por demás amargo. Sacudiendo un instante la insolencia que en el camino largo del crimen, se aferran a su existencia y presa del delirio y la pavura, con un grito infernal de su conciencia, en que vertió torrentes de amargura, fue blasfemo y audaz. El réprobo y bandido clamó con ronca voz: “Dios os bendiga y a mí tam- bién”, ¡y se alejó vencido! Tras el dueño lanzóce sic la jauría. El pueblo vengador siguió al celoso, y sobre los despojos de la orgía, el Plan de Gua- dalupe (sol radioso), brilló con plena luz. Triunfaba el día. Carranza con D. R. © 2012, Instituto Mora Se autoriza la reproducción total o parcial de este artículo, siempre y cuando se cite la fuente.


Representaciones y practicas sociales
To see the actual publication please follow the link above