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Representaciones y practicas sociales

AlAs pArA Chile C. E. Valdez cluso ser dañadas seriamente, desaparecer, ser repudiadas, la del hombre de aire dura y perdura a lo largo de toda la existencia. El “hombre de aire” ha de tener y tiene una psicología especial, una configuración espiritual específica, y esta es permanente tanto cuando el hombre del aire lo es en plena actividad por su juventud y condiciones físicas, como cuando por haber cesado, o haberse malogrado estas, el “hombre del aire” ha de vivir de recuerdos … Las profesiones, los ofi- cios, imprimen carácter y moldean cerebros y almas, diferenciando al hombre o a los grupos de hombres que se ocupan unas de otros. Esto es para todos. Pero es que la profesión del “hombre del aire” es tan singular, tan particular, tan extraordinaria, en el sentido de no pa- recerse a ninguna otra ni tener nada en común con las demás, que el aviador ha de formar, por fuerza, un grupo muy característico de especial configuración, contorno y silueta. 185 En primer lugar, está el riesgo. Hay profesiones absolutamente sin riesgos, otras en las que el riesgo es remoto, algunas en las que el riesgo es posible; pero en el hombre del aire el riesgo es constante, es perma- nente … Esta circunstancia ha de crear ya una psicología y un clima y un ambiente sencillamente de valor, de audacia, de intrepidez, de sereni- dad, deducido todo ello no de una actitud y una aptitud ante un peligro que nos rodea en un momento dado, sino del conocimiento previo del peligro cierto, de saber que existe y no temerle ni esquivarle. Muchas veces el heroísmo se produce a consecuencia de un hecho, haciendo surgir en el héroe una personalidad desconocida, quizá anor- malmente en él. No es precisamente el pintoresco y humorístico héroe por fuerza, pero sí el héroe por causa. En el “hombre de aire”, especialmente en el aviador militar en tiem- po de guerra, el heroísmo se produce antes del hecho, es anterior a la causa, porque el heroísmo ha de ser permanente, ha de ser constante, por las especiales condiciones en que se lanza al hecho y a la causa. Todos sabemos y conocemos la existencia de la enfermedad profe- sional, llámase sicolisis en el minero, saturnismo en el pintor o melanco- lía en el poeta. En el grupo de los “hombres de aire”, en circunstancias de defender a la patria, la enfermedad profesional es el heroísmo.35 D. R. © 2012, Instituto Mora Se autoriza la reproducción total o parcial de este artículo, siempre y cuando se cite la fuente.


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