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Representaciones y practicas sociales

Los “otros” mexicanos M. D. Ballesteros dificulta la asignación de calidades a sus tipos populares, confundiéndose las castas con los indígenas y diferenciándose únicamente por la vestimenta. Un ejemplo de tipo popular capitalino perteneciente a las castas es el Arriero (figura 9). Es una de las figuras que más claramente se puede identi- ficar con un origen racial mixto por la representación que hace el artista del mismo y por la relación tradicional que se establece entre la arriería y las cas- tas.21 En la escena, la figura del arriero ocupa la posición central. El hombre de piel oscura y barba negra lleva un sombrero de ala ancha, camisa blanca, chaquetilla a rayas y un “pechero” de cuero. Las calzoneras de cuero están abiertas en los costados dejando ver sus calzones blancos. En la mano lleva unas espuelas, mientras sin ayuda de la otra mano fuma un cigarro. Al colocar a la figura de perfil y con un pie adelantado, el artista consigue el efecto de movimiento. Como fondo, aparece la fuente de la plaza de la Villa de Guada- lupe y, sobre el cerro del Tepeyac, se alza la antigua basílica de Guadalupe, 25 ahora Templo Expiatorio a Cristo Rey. Lo que destaca en esta representación para el interés de este trabajo es el tono oscuro que el artista emplea para la piel del arriero, en claro contraste con las tonalidades blancas de sus retratos de la clase alta mexicana, así como su barba bastante cerrada y china. Como ejemplo de tipo popular de Veracruz, el artista dibujó a un Mú‑ sico veracruzano de origen africano (figura 10). El hombre, de color negro y pelo crespo, lleva una camisa blanca con un lazo rojo en el cuello y en la cintura, a modo de cinturón que sujeta sus calzoneras, abiertas a los lados y que dejan ver sus calzones blancos. Sentado en una banca hace honor a su profesión de músico: con un utensilio que sostiene en su boca toca una vihuela; con la mano que sostiene el mango de la misma agarra el arco de un violín, que toca con la mano derecha, y con sus pies toca el bajo que está tumbado en el suelo. Como fondo, el artista representa una cabaña y dibuja vagamente la vegetación de la zona. La serenidad de la expresión del vera- cruzano contrasta con el movimiento del ejercicio musical. Además de re- forzar la idea que está presente en otros soportes como los cuadros de castas del vínculo entre africanidad y musicalidad, el autor representa claramente a personas de origen africano en la costa de Veracruz, y no así en la capital. Finalmente, gracias a Fomento Cultural BanaMex, se puede tener acceso a cuatro imágenes más de los tipos populares de Pingret que no aparecen en la publicación de Ortiz. En ellas son representados un vendedor con horno, D. R. © 2012, Instituto Mora Se autoriza la reproducción total o parcial de este artículo, siempre y cuando se cite la fuente.


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