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Representaciones y practicas sociales

RepResentaciones y pRácticas sociales isbn: 978-607-9294-01-4 y 68 pesos cinco reales. De las colecturías de Cadereyta y Querétaro se ex- trajeron 1 550 y 1 655 pesos respectivamente, producto de la recaudación decimal. Los “facciosos”, después de amenazar al colector de Tenancingo con incendiar la casa colecturía, obtuvieron 115 pesos.79 Además del saqueo, los colectores eran obligados a vender a un precio ínfimo las semillas recauda- das, lo que repercutió gravemente en los ingresos de la Iglesia metropolitana. Ejemplo de lo anterior es el caso del recolector de Cadereyta, quien fue for- zado por el capitán de los “facciosos” a vender a tres pesos cuatro reales la carga de maíz, precio inferior al que regularmente se vendía (cuatro pesos).80 El ejército del gobierno nacional también se benefició de los recursos de las colecturías, por ejemplo, las tropas de Anastasio Bustamante recibieron del colector de Querétaro 6 000 pesos.81 Entre los años de 1832 y 1833 los colectores de Lerma, San Juan del Río, San Felipe del Obraje, Huichapan, Tex- 76 coco, Otumba y Acapulco entregaron a las tropas del gobierno 17 521 pesos. Cabe señalar que el gobierno nacional no sólo incidió en la disminución de los ingresos decimales de las colecturías, también lo hizo en el numerario de la clavería. Efectivamente, desde noviembre de 1821 y hasta diciembre de 1832 el Cabildo metropolitano había contribuido a las finanzas del gobierno con 52 750 pesos, de los cuales 37 750 fueron entregados entre 1828 y 1832, años turbulentos como lo relatamos líneas arriba.82 La sangría económica de la catedral por parte del gobierno es otro indicador del proceso de sobreposi- ción del Estado liberal sobre el poder eclesiástico, lo que devela una gradual disminución de su poder político. Segundo, los causantes dejaron de pagar íntegramente el diezmo o pa- gaban sólo una parte de lo que les correspondía; mostraron formas de resis- tencia fiscal que se intensificaron con la situación de guerra. Por un lado, incumplieron sus obligaciones fiscales debido a problemas para sembrar sus tierras o cosechar la producción. Las causas esgrimidas por los contribu- yentes eran la ocupación de las tierras por las tropas y la escasez de mano de obra.83 En algunas ocasiones los causantes no pagaban la renta decimal porque las fuerzas armadas se lo impedían. El administrador de la hacien- da Santa María, en la colecturía de Toluca, se negó a pagar porque tenía la orden de la comandancia de la comarca “para retener los diezmos”.84 Esta medida devela, por un lado, la intención del comandante de garantizar el abastecimiento de las tropas en tanto los causantes conservaran sus existen- Colección Cuadernos de Trabajo de Posgrado • Historia Moderna y Contemporánea • Maestría


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