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Temas de Cooperación Internacional para el Desarrollo

La institucionalización de la perspectiva de género C. Sauteron género no es un mero concepto estático que sirve para describir realidades, diferencias y desigualdades entre mujeres y hombres, sino que comporta un fuerte componente político e ideológico, es decir, transformador,49 “los conceptos de ‘género’, ‘equidad’ y ‘desigualdad’ como lo hace notar Afef Benessaieh no nombran ni visualizan políticamente a un sujeto en particu- lar, y son mucho más imprecisos que los conceptos de ‘opresión femenina’ y ‘discriminación de la mujer’, previamente en uso, por lo que se advierte una relativa despolitización, que es de suyo política”.50 Ejemplo de ello es la expresión “violencia de género” (en lugar de violencia ejercida por los hombres en contra de las mujeres), la cual oculta las relaciones de poder asimétricas entre los sexos. Otro aspecto de la despolitización –ligado a la mencionada “suaviza- ción” de los discursos y demandas feministas–, se observa en la confusión, vaguedad, ambigüedad y equivalencia de los discursos, en razón de la mul- 47 tiplicidad de contenidos, sentidos, sinsentidos y contrasentidos atribuidos al género. Muestra de la vaguedad existente es la ausencia de definición de este término en la Plataforma de Acción de Beijing, con el argumento de que ya “se había utilizado e interpretado comúnmente en su acepción ordinaria y generalmente aceptada en muchos foros y conferencias de las Naciones Unidas” y, por lo tanto, que “no había indicación alguna de que la Platafor- ma de Acción pretendiera asignar al vocablo otro significado o connotación distintos de los que tenía hasta entonces”.51 Destacan, además, dos confusiones fundamentales: por un lado, entre los términos sexo y género; y, por otro, entre género y mujer(es). Respecto a la confusión entre sexo y género, Silvia Tubert, quien pone de relieve “la crisis de concepto de género”, hace hincapié en una paradoja: a pesar de que el concepto de género suele definirse fundamentalmente por su oposición al término sexo, es frecuente encontrar esta confusión en do- cumentos en el ámbito de la cipd (y también de la demografía, la ciencia, la educación, o el periodismo), donde se efectúa una simple sustitución del se- gundo por el primero.52 De este modo, “se elimina la potencialidad analítica de la categoría de género para reducirla a un mero eufemismo, políticamente más correcto”.53 Por ejemplo, en ocasiones se habla de “relaciones entre los géneros” en lugar de “relaciones entre los sexos”, o bien se refiere a “datos D. R. © 2010, Instituto Mora Se autoriza la reproducción total o parcial de este artículo, siempre y cuando se cite la fuente.


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