Tres miradas a la hisToria conTemporánea isbn: 978-607-9294-05-2 La señora Aída S. de Rodríguez, esposa del presidente Abelardo Rodrí- guez, preocupada por los “terribles índices de mortalidad infantil” que se ex- tendían por el país, se sumó a las acciones para combatirla por medio de la difusión de los cuidados de la salud materno-infantil y mandó publicar el Libro para la madre mexicana, un libro de formato de 14 x 19 centímetros, confor- mado por 140 páginas ampliamente ilustradas. La preparación y la redacción de la obra estuvo a cargo del médico Manuel Martínez Báez, quien contó con la colaboración de los médicos Francisco de Paula Miranda, Mario Torroella y Manuel Cárdenas de la Vega, médicos que prestaban sus servicios en los esta- blecimientos asistenciales y de salud materna e infantil y eran reconocidos por su labor en esta época y confluyeron en este proyecto. Lo que nos interesa resaltar es el interés de la señora Aída S. de Rodríguez respecto a que los preceptos de higiene y cuidados maternos del recién nacido 112 y niños pequeños elaborados precisamente por los médicos, se dirigieran con un lenguaje sencillo a las madres mexicanas. Así el libro se conformó por una introducción y dos grandes apartados en los que se abordaron diversos temas. El primer punto estaba dedicado a los preparativos necesarios antes del nacimiento del niño, en el que se enfatizó que la buena salud de los padres –la base de la felicidad– era un requisito indispensable para engendrar niños sanos, por lo que el médico debía ser el guía que conduciría por medio de las consultas médicas el buen desarrollo del embarazo, aconsejaría los cuidados e higiene que debía tener la mujer durante el embarazo, en el momento del parto y los primeros dos años de vida de su hijo. La figura paterna apenas se percibe a lo largo del texto, de hecho sólo aparece en cinco de las más de 50 ilustraciones de la publicación. El padre se hace presente al responsabilizarse de su buena salud antes de engendrar, de no ser alcohólico ni tener una enfermedad venérea como la sífilis. Es el responsa- ble de llevar a su esposa a las consultas médicas, de proveer en lo material y en lo emocional lo necesario para que ella tenga un embarazo tranquilo, de vigi- lar que ella sea atendida debidamente por médicos o parteras competentes en el momento del parto y de registrar al recién nacido en el Registro Civil. Fuera de estos momentos, pareciera que la presencia del padre se sobreentiende o se relega para recaer la responsabilidad total del recién nacido exclusivamente en la madre. En la imagen 5 se puede ver que el médico instruye en un con- sultorio a los futuros padres acerca de los cuidados que debe guardar la futura Colección Cuadernos de Trabajo de Posgrado • Historia Moderna y Contemporánea • Doctorado
Tres miradas a la historia contemporánea (electronico)
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