Tres miradas a la hisToria conTemporánea isbn: 978-607-9294-05-2 presidente Obregón, quien hizo ver a Flores que estaba vulnerando la autonomía municipal.41 Los carmelitas quisieron aprovechar esta confrontación entre el sono- rense y Flores al pedir la retirada de la gendarmería armada, pero Obregón contestó que carecía de facultades para intervenir directamente en ese asun- to.42 De nueva cuenta, el gobernador argumentó que todo era una mentira de sus enemigos y que, por el contrario, Asunción Díaz era el que contaba con el respaldo descarado de la Cámara de Comercio.43 De hecho, la mayoría so- cialista en el legislativo local negó toda legalidad al nombramiento de Díaz e, incluso, aseguró que la región de la Laguna era refugio de ex bonillistas que, aprovechándose de esta coyuntura política, planeaban independizar al Carmen de Campeche.44 Como resultado de la presión gubernamental y por órdenes de los se- 62 cretarios de Guerra y Marina, así como por el de Gobernación, Asunción Díaz fue obligado a entregar el ayuntamiento carmelita a Gregorio Ortiz. No hay duda de que Obregón podía usar un discurso en pro del respeto a la democracia, pero estaba claro que no deseaba enemistarse con su aliado en Campeche, por lo que decidió respaldar su posición. Esta intromisión provo- có que el diputado federal Cervera Certucha protestara por la ilegalidad del nombramiento de Ortiz y que lo considerara como una amenaza a la estabi- lidad del ayuntamiento, razón por la que pidió al presidente que interviniera para que no se consumara este atropello en contra del pueblo carmelita que apoyaba a Díaz.45 Por su parte, Asunción Díaz acusó a Gregorio Ortiz de ser originario de Mérida y de que la disolución de su mandato violaba la Constitución local en relación con la administración e independencia municipal. En este mismo sentido, el diputado local carmelita Santiago Góngora calificó de an- ticonstitucional el desconocimiento de Díaz y el reconocimiento de Ortiz, ya que la ley constitucional de Campeche dejaba claro que el gobernador y la legislatura estatal no tenían injerencia en el régimen interior de los muni- cipios, además de que Ortiz no podía ser electo como munícipe porque no reunía los requisitos de haberse separado 45 días antes del cargo público que desempeñaba antes de las elecciones. Sumado a lo anterior, también asegu- ró que esta persona había solapado arbitrariedades de los integrantes de las ligas de resistencia en contra de quienes no deseaban unirse a ellas, además Colección Cuadernos de Trabajo de Posgrado • Historia Moderna y Contemporánea • Doctorado
Tres miradas a la historia contemporánea (electronico)
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