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Espacios Tatuados

Espacios tatuados. Textos sobre el estudio de las regiones y los territorios isbn: 978-607-7613-86-2 fuentes de empleo generadas de esas inversiones, la región sureste participó con 33% del total que se generó en el estado. Por ello, en años recientes la región del sureste de Coahuila es la que mayores montos de inversión recibe anualmente, siendo Ramos Arizpe, junto con Saltillo, y en menor medida Monclova, quienes encabezan la lista de municipios que más participación porcentual tienen en este indicador generando a nivel estatal entre 14.7 y 34.6% (véase mapa 10). De hecho, los últimos gobiernos estatales en Coahuila han promocio- nado a la entidad como un lugar con “ventajas competitivas” para las empre- sas, que al invertir pueden aprovechar las condiciones fiscales, laborales y de un entorno industrial que sirve de proveeduría. Dada la implementación de esa política dependiente de los flujos de capital extranjero, Coahuila ha cap- tado, en el marco del tlcan, cuantiosos montos de inversión y la instalación 220 de 300 empresas fundamentalmente de origen extranjero y cuyo mercado es la exportación.27 La mancuerna productiva que se genera entre Saltillo y Ramos Arizpe concentra fuertemente la producción al interior de Coahuila. El mapa 11 muestra los municipios con mayor pib aportando entre 8 y 20.3%. En 1998, de los 8 000 millones de dólares que Coahuila recibió por concepto de ventas al exterior (ocho veces más de lo colocado diez años antes en el mercado internacional), la industria automotriz y de autopartes explica la mayoría de dichas transacciones. Lo anterior no sólo corrobora la especialización de la región en un sólo sector, sino también el creciente riesgo de una excesiva concentración y dependencia con relación al mismo (véase cuadro 2). No obstante, hay autores que aprecian cierta diversificación del dina- mismo exportador al observar la participación creciente de productos quí- micos, cerámica e incluso software para sistemas de ingeniería (Mendoza, 2001: 258). Debido a la desaceleración de la economía de Estados Unidos, Chrysler decidió hacer un cambio estructural de sus plantas en México programan- do la reducción de personal, cerrando la planta de transmisiones de Toluca en 2000 y trasladando su producción de camiones ligeros de la fábrica de Lago Alberto, de la Ciudad de México, a la planta de Saltillo en 2002. Ese mismo año, dejó de funcionar la planta de motores de Toluca y se llevó a la Colección Cuadernos de Trabajo de Posgrado • Estudios Regionales • Maestría


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