Actualmente es investigadora de tiempo completo del área de acervos históricos de la Universidad Iberoamericana. Dada su destacada trayectoria como investigadora, entrevistamos a la Mtra. Martínez Torres para conocer su experiencia como egresada del Instituto Mora.

•¿Qué herramientas consideras que te dejó el programa del Instituto Mora que te permiten hacer actualmente tu trabajo?

Yo siempre digo que soy hecha en el Instituto Mora porque las herramientas que te da son demasiadas. Primero en disciplina. No hay otra institución que te forme tanto en disciplina tanto como el Instituto Mora. A partir de ahí, aprendí a tomar mis trabajos con seriedad; creo que es la marca del Mora. Todas las investigaciones tienen una rigurosidad excelente. La segunda parte a ser crítica. La situación que seamos pocos alumnos, nos facilita que siempre estemos en constante discusión y eso también te permite estar en comunicación con otras áreas que se ofertan dentro del Instituto. Así que cuando sales, tienes una visión muy amplia de los procesos históricos. Además de eso, es un programa que intenta –desde el siglo XIX en adelante–abarcar todas las áreas del conocimiento. Tenemos la visión de América Latina, también la parte europea, un área fuerte sobre México y teoría del conocimiento. Entonces los que salimos del Instituto Mora podemos partir de nuestras investigaciones, pero siempre viendo en estas dimensiones: el mundo, Latinoamérica y México. Además de eso, me ayudó mucho a ser empática con los procesos sociales. El Instituto Mora es un lugar que siempre se compromete tanto en sus investigaciones a nivel académico y en cuestión práctica y social con lo que está sucediendo en nuestro país. ¡Entonces amo el Instituto Mora!

•Mayelli, ¿podrías contarnos cómo estas herramientas te han permitido hacer lo que actualmente haces?

Muchos dicen que corrí con suerte; no creo que se corra con suerte, sino más bien tú te fabricas las oportunidades. El I. Mora siempre me dejó la visión de que con trabajo todo es posible. Cuando salí, busqué opciones y fui contratada en el ayuntamiento de Huixquilucan en el proyecto de rescate de su archivo histórico. Cuando te enfrentas a un archivo, tienes que hacer investigación y no solamente está en la forma tradicional de producción, sino también hay miles de otras formas: los museos, los archivos ahora son una beta importante para los historiadores. Así que cuando empecé a incursionar en el archivo, traía el bagaje del Mora de hacer las cosas con rigurosidad y empecé a investigar cómo circulaba la información en el siglo XIX. El archivo de Huixquilucan es un archivo especializado en el Siglo XIX y pude entender cómo los ayuntamientos estaban gestando su documentación. Creé un cuadro para poder rescatar todo el acervo y en el 2016 fui acreedora a un premio por parte del estado de México en esa área. Después salió esta vacante [en la Universidad Iberoamericana] y apliqué. Lo que hago aquí es muy diverso. Aparte del rescate de los acervos –tenemos el acervo de Porfirio Díaz, Manuel González y muchas otras cosas, centroamericanos refugiados y muchas cosas más– mi perfil es doble: hago aquí la parte de labor archivística de rescate, pero también académica, doy clases. Y damos conferencias, ponencias, tratamos de difundir el conocimiento que también hay en investigación.

•¿Qué te gustaría decirles a los actuales estudiantes de la maestría en historia?

Que abracen la oportunidad con todo su ser y aprovechen a sus profesores. Tienen una oferta de académicos inigualable, en ninguna otra institución la van a encontrar. Pese al cansancio que significa el Mora, que aprovechen cada una de las oportunidades. La biblioteca, las oportunidades para potencializar sus trabajos de investigación en conferencias, y por supuesto, la lectura de otros compañeros eso les va a ayudar muchísimo para poder diversificar su conocimiento.

•Premio Archivista Mexiquense que otorgó el Gobierno del Estado de México.