Matías Romero fue representante del gobierno mexicano en Washington en tres ocasiones distintas y por una duración total de 23 años (1860-1867; 1882-1891, y 1893-1898). Su desempeño en la legación mexicana en Washington, iniciado cuando apenas contaba con 23 años, se produjo en una coyuntura inédita de grandes crisis políticas y conflictos armados en ambos países. En Estados Unidos, el choque entre los estados libres y los esclavistas inevitablemente había movido los problemas mexicanos a un plano secundario. Romero, sin embargo, puso en práctica una estrategia diplomática basada en la información y el establecimiento de relaciones con personajes clave en el Congreso y la opinión pública estadounidense para estimular la inconformidad y el descontento con respecto a la postura de neutralidad mantenida por el gobierno de Abraham Lincoln hacia la intervención francesa.
Posteriormente, Romero consolidó esas estrategias de información y lobbying para tender puentes y promover un diálogo constructivo que facilitara tanto las relaciones cordiales entre ambos países, como el aumento del intercambio comercial. Romero contribuyó de manera fundamental a la estabilización de las relaciones y a un periodo de mayor entendimiento entre ambas naciones. Interesado profundamente en la economía, el comercio y los negocios, Romero amplió sus actividades para promover la construcción de ferrocarriles, el cultivo y exportación de ciertos productos (café, caucho, azúcar, algodón), y un sinfín de iniciativas de desarrollo.
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Gracias a su habilidad para formar redes y a su energía e incesante actividad, Romero alcanzó un conocimiento amplio y profundo de las instituciones, la sociedad y las personalidades políticas estadounidenses. De manera consistente operó bajo la premisa de que ambas naciones podían entenderse si se conocían mejor, y de este modo se convirtió en una especie de bróker cultural, o traductor entre México y Estados Unidos, lo cual se mostró no sólo en su labor oficial, sino en sus numerosas publicaciones e intervenciones en la prensa. En suma, no es exageración decir que las relaciones de México con Estados Unidos durante 1860-1900 no se entienden sin Matías Romero.
Gracias a la generosa disposición de la Asociación Civil “Documentos y correspondencia de Don Matías Romero”, el Instituto Mora tuvo acceso a un fondo documental que hasta la fecha ha permanecido en posesión de los descendientes de Romero. Con el apoyo del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCYT), a través de un proyecto de Ciencia Básica, el Instituto Mora realizó trabajos de digitalización, estabilización y catalogación de ese acervo. El resultado es un archivo digital de más de 5 000 documentos, mayormente manuscritos (en alrededor de 8 300 imágenes) que aquí se pone a disposición de los historiadores y del público interesado.
Este valioso archivo se compone casi exclusivamente de correspondencia recibida por Romero de parte de un gran número de remitentes (sin las comunicaciones emitidas por Romero). La correspondencia abarca un arco temporal de 1856 a 1912, pues incluye también correspondencia de los familiares más cercanos a Romero posterior a su muerte, acaecida en 1898 (especialmente entre sus hermanos, José, Cayetano y Luz). La colección incluye también una sección de impresos, algunos de ellos raros y de difícil acceso.
La separación de esta parte del abundante legado documental de Matías Romero no parece haber tenido origen en la adopción de un criterio claro o temático. Si bien el archivo lleva el adjetivo de “personal” (adoptado por los descendientes desde hace muchos años, y preservado en el título del fondo digital que aquí ofrecemos al público), el hecho es que el grueso de la correspondencia tiene conexión con las funciones públicas de Romero. El fondo carece de unidad temática; de los múltiples asuntos que Romero trató durante su desempeño público, no hay uno que pueda abordarse de manera cabal acudiendo sólo a este fondo, ya que los temas aparecen de manera fragmentaria. Esto es, se trata de un acervo complementario, que deberá consultarse de manera conjunta con aquellos preservados en otros repositorios, en la Secretaría de Relaciones Exteriores, el Banco de México y el Archivo Histórico de la UNAM, así como con las importantes colecciones de documentos que el propio Romero compiló y publicó.
Este carácter complementario de ninguna manera significa que los materiales contenidos en el Archivo Personal de Matías Romero sean de importancia secundaria. Lejos de eso, en él se encuentran documentos de gran valor para el conocimiento de muchos temas y de la relación de Romero con interlocutores importantes. Para mencionar sólo algunos ejemplos, en este fondo puede encontrarse información abundante sobre los siguientes temas: el intento de atraer a oficiales y soldados del ejército estadounidense deseosos de emigrar a México para prestar apoyo militar al gobierno de Benito Juárez después de la Guerra Civil estadounidense; la emisión de un empréstito en Estados Unidos para financiar la resistencia contra el imperio de Maximiliano, así como la adquisición de armamento; el contrabando en la zona fronteriza; proyectos y operación de líneas de ferrocarril; el mercado internacional del café; incidentes diverso y reclamaciones en la frontera entra ambos países. Asimismo, la correspondencia incluye a muchos interlocutores prominentes, tales como Rufino Barrios, Pantaleón Domínguez, John W. Foster, Sebastián Lerdo de Tejada, John T. Morgan, José Navarro y Pedro Santacilia, por mencionar sólo a algunos.
El archivo digitalizado permite búsquedas por remitente, destinatario, lugar, fecha, y palabras clave.
Este archivo enriquecerá el acervo documental disponible para el estudio de México y sus relaciones internacionales en el siglo XIX.
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