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Representaciones y practicas sociales

RepResentaciones y pRácticas sociales isbn: 978-607-9294-01-4 la unPf no tuvo éxito en frenar su aplicación y modificarlos. Esto fue porque el gobierno estaba decidido a proseguir con su política de “desfanatización”, que era parte sustancial de su proyecto educativo, y la organización no fue capaz de unir a los inconformes y coordinar la oposición de las escuelas católicas afectadas. Con respecto a la educación socialista, esta se enfrentó a la resistencia de una sociedad muy conservadora, particularmente en las zonas rurales, pero también en las ciudades. La Unión se destacó por su activismo en el medio urbano, como grupo de presión que era, organizando manifestacio- nes, difundiendo panfletos y volantes, y publicando manifiestos y memoria- les para atacar y cuestionar la enseñanza socialista, pero también para refu- tarla con sus muy particulares argumentos jurídicos. La fuerte oposición de la Unión y sus miedos, compartidos por la derecha en su conjunto (secular o 156 confesional), se explican por el ambiente cargado, ya desde principios de los años treinta, de un intenso sentimiento anticomunista. Este fue alimentado por la misma propaganda conservadora y por el clero católico, y también por las continuas condenas que hacía la Iglesia del socialismo y el marxis- mo a través de sus cartas y pastorales; además, influyeron el rechazo a las reformas sociales cardenistas (consideradas por la derecha mexicana como de inspiración comunista), que hirieron la susceptibilidad de las clases media y alta, y la retórica radical y socializante, que caía no pocas veces en la de- magogia, de muchos funcionarios y legisladores cardenistas. Esto aumentó los temores entre los sectores conservadores, muchos de cuyos miembros y organizaciones estaban convencidos de que el comunismo iba a apoderarse del país y acabaría con la propiedad privada y la religión. Así, la unPf veía en la educación socialista un instrumento de penetración comunista, diri- gido desde Moscú, con el consentimiento del gobierno mexicano, plagado de masones y comunistas que conspiraban contra la Iglesia. Otro motivo por el cual la Unión se opuso decididamente a la educación socialista, fue que con la reforma del artículo tercero se restringía con mucho mayor vigor la educación privada. También, las acciones de presión y resistencia de la Unión y la de otros grupos conservadores, aunque no lograron echar abajo la educación socialista en el sexenio de Cárdenas en términos legales, en los hechos sí propiciaron su abandono y detuvieron su aplicación (por lo demás complicada ya por la indefinición de la reforma y la falta de organización) en Colección Cuadernos de Trabajo de Posgrado • Historia Moderna y Contemporánea • Maestría


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