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Representaciones y practicas sociales

La Unión nacionaL de Padres de FamiLia M. A. Pérez participó del éxito, colaborando de manera importante para detener la edu- cación socialista. A pesar de los esfuerzos de la unPf, la lucha contra la polí- tica educativa del Estado se había estancado por la combinación de diversos factores, entre los cuales estaban la precaria situación de la Iglesia, que no podía coordinar, ayudar y dirigir el movimiento, al menos no de forma abier- ta, por temor a irritar al gobierno y sufrir más represalias; la actitud inflexible y autoritaria del régimen revolucionario, que no toleraba la disidencia, y su determinación de cumplir el artículo tercero y las leyes que imponían el lai- cismo en la educación primaria y secundaria; también, quizá como decían algunos prelados, por el desinterés y el desaliento de la mayor parte de los padres de familia, cansados de tanto conflicto. Otro aspecto sería el poco poder de convocatoria de la Unión para hacer que los padres se involucran en la campaña a favor de la libertad de enseñanza. Las razones de esto radi- carían en el temor de los padres a tener problemas con las autoridades por 155 no mandar a sus hijos a las escuelas laicas y por tratarse de una sociedad más secularizada, menos propensa a hacer caso de las coerciones morales de la Iglesia y actuar en función de los dogmas y valores religiosos. Puede ser que la mayoría de los padres de familia tuvieran poco interés en integrarse a la Unión, por desconocimiento o por apatía, o que estuvieran conscientes de que la religión era un asunto privado, por lo que el laicismo no representaba problema y ellos mismos estaban conformes con que la educación religiosa se impartiera en el hogar y en el templo. Del mismo modo, influía el anticle- ricalismo que privaba en algunos sectores de la sociedad, que rechazaban a grupos como la unPf, identificados con la Iglesia y el clero. Por otro lado, la larga batalla discursiva entre el gobierno y la unPf a ini- cios de los treinta, a raíz del intento de imponer el laicismo en las primarias y secundarias particulares (por medio de los reglamentos respectivos), nos muestra muy bien la actuación de esta última como grupo de presión, tanto en su empeño para eliminar o modificar el artículo tercero como para defen- der la educación privada. Mientras la Iglesia no actuaba de forma manifies- ta, la Unión fue la cabeza visible de la lucha por la libertad de enseñanza, haciendo peticiones y exigiendo la derogación o modificación de las leyes, apelando a las autoridades educativas y al presidente; todo ello para buscar influir en las decisiones gubernamentales y en las políticas públicas, y así lograr sus fines. En el caso de los reglamentos, no obstante su intensa labor, D. R. © 2012, Instituto Mora Se autoriza la reproducción total o parcial de este artículo, siempre y cuando se cite la fuente.


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