Los “otros” mexicanos M. D. Ballesteros sabe “colocarse pronto hasta las clases más altas”, “bailador incansable”, “na- rrador amenísimo”, “cantante inexhaustible” e “imitador excepcional” son los atributos que Hegi otorgó a este grupo. En el puerto, desempeñaban el trabajo de “cargar y descargar barcos –siempre vivaces y trabajadores”. No obstante, el suizo no escapó de la caracterización negativa que también se hacía de ellos: “a pesar del buen carácter que les distingue, su sangre caliente les lleva a cometer actos que tienen que purgar con la galera o las cadenas; así, suje- tos a sus compañeros por el fierro, deben barrer calles y hacer otros trabajos parecidos”. De esta forma, el artista valoró lo que a su parecer eran los puntos fuertes y las debilidades de esta parte de la sociedad veracruzana.33 Al encontrarse en el puerto de Veracruz durante el sitio de Miramón, Hegi representó en sus acuarelas la organización y composición del grupo liberal. En Soldados de la Brigada Roja, partidarios de Juárez (figura 19), el suizo comentó que “se estaban defendiendo bien contra los regulares de 41 Miramón en la batalla de la Soledad, rindiéndose únicamente por estar en franca minoría”. En la imagen, algunos de los nueve soldados, que parecen más niños que combatientes, se muestran pensativos, otros conversan. Todos van armados, aunque siete de los nueve están descalzos. Dos de los soldados tienen la piel color ceniza: uno de ellos se enciende un cigarrillo con una colilla y el otro lo observa. Para los estudiosos de la Brigada Roja puede ser un testimonio de sus limitados recursos, para la historia del niño/adolescente en México puede ser un ejemplo de su participación en conflictos armados. Para este trabajo la acuarela ilustra la variedad racial del puerto de Veracruz y la continuidad en la presencia de afromexicanos en la defensa del mismo, que data desde la colonia.34 Además, en varias de sus acuarelas el artista describió minuciosamen- te a ciertos afromexicanos caracterizándolos y proporcionando información personal sobre los mismos. Así, describió a un “negro que mojaba pausa- damente su bizcocho en una taza de chocolate, disfrutaba del producto del trabajo realizado en sus años mozos. Fue cargador, querido y estimado por trabajador y responsable; ahorró tanto que … podía vivir desahogadamen- te” (figura 20). No sabemos si entabló una conversación con dicho personaje o eran conjeturas del propio artista al observarlo, lo que queda claro es que con el gesto, el porte y la vestimenta, Hegi hizo que la descripción encajase a la perfección. En otros casos el suizo fue un tanto jocoso, por ejemplo, al D. R. © 2012, Instituto Mora Se autoriza la reproducción total o parcial de este artículo, siempre y cuando se cite la fuente.
Representaciones y practicas sociales
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