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Representaciones y practicas sociales

La recaudación decimaL en eL arzobispado de méxico C. A. Ortega destitución y la imposición del vicepresidente Anastasio Bustamante como titular del poder ejecutivo.68 No sólo la recaudación se vio afectada por el contexto de inestabilidad política, también las finanzas internas de la Iglesia metropolitana sufrieron sus efectos. En septiembre de 1829 el gobierno gravó con una subvención tempo- ral de guerra a cada empleado de la catedral, quienes debían pagarla con un porcentaje de sus salarios.69 El hecho nos muestra cómo el poder civil irrumpía sin obstáculo alguno en las finanzas eclesiásticas a causa del debilitamiento del poder de la Iglesia catedral. La relativa paz que trajo el régimen de Bustamante permitió poner en orden la Hacienda pública y la deuda inglesa. Para junio de 1831 los ingresos federales llegaron a 17 256 882, que comparados con los 12 815 009 pesos obtenidos en 1829, mostraban una sanación de las finanzas.70 El contexto de estabilidad en el que se encontraba el país permitió a las autoridades eclesiás- 73 ticas recurrir de nueva cuenta a las autoridades civiles para hacer más eficien- te el cobro del diezmo. Hacia finales de 1830 y en la primera mitad de 1831 los colectores fueron auxiliados por los alcaldes de los ayuntamientos perte- necientes al Estado de México, los cuales coaccionaron a los causantes y, en algunos casos, impusieron penalidades a quienes incumplían con el pago. La petición de ayuda se sostenía en una razón: la resistencia de los causantes a cumplir con sus obligaciones fiscales con la Iglesia. Los dos elementos en conjunto, el sosiego político y la aplicación reiterada de la coacción civil, explican el pequeño repunte de los ingresos decimales en 1831. Con todo, la recaudación decimal estaba en un punto crítico. El descen- so experimentado después de la guerra de Independencia y su agravamiento en 1829 llevó a los jueces hacedores a reestructurar la administración decimal a través de un reglamento, que regulaba las funciones del colector, el notario principal, el notario subalterno y los recaudadores. Con la expedición de tal reglamento, la haceduría buscó poner orden en cinco ámbitos de la recauda- ción: 1) el registro de ingresos, tanto en especie como en dinero. Cada funcio- nario debía llevar un libro de cuentas que indicara el número de cantidades ingresadas en su respectiva recaudación. 2) El registro de ventas al menudeo o al mayoreo. Se les ordenaba a los funcionarios llevar un diario donde se asentara semanalmente el estado de las ventas. 3) El control de la recaudación de los ganados. Se pedía a los recaudadores y notarios subalternos anotar D. R. © 2012, Instituto Mora Se autoriza la reproducción total o parcial de este artículo, siempre y cuando se cite la fuente.


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