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Tres miradas a la historia contemporánea (electronico)

Tres Tesis del concepTo fronTera en la hisToriografía J. Arriaga otra fuerza no natural, y que el observador sólo puede aislar fenómeno para estudiarlo, pero no puede modificarlo.2 En las investigaciones de los racionalistas aparecieron y se generali- zaron conceptos como “mundo orgánico”, “ciclo de vida” y “tierra como máquina viva”, etc.3 El origen de estos conceptos proviene curiosamente de los estudios de anatomía y descripciones del sistema circulatorio del cuerpo humano, publicados en el siglo xviii. En todo caso, los científicos racionalis- tas dejaron una herencia conceptual muy importante para el desarrollo de las ciencias en general de los siglos siguientes.4 Esta herencia conceptual es lo que Gastón Bachelard define como “epistemología oculta”.5 En el siglo xix, la concepción del mundo como organismo vivo fue sim- plificada en el término organicismo. La visión organicista del mundo formó parte del lenguaje y de las ideas de la mayoría de los intelectuales europeos de los siglos xviii y xix, aunque el significado del término organicismo depen- 13 día de la escuela filosófica que lo utilizaba. La concepción dominante del organicismo estuvo fuertemente ligada al uso que le dio el mecanicismo en sus estudios sobre la Tierra y la naturaleza (mecanicismo organicista). El mecanicismo la empleó como término análo- go, es decir, lo utilizó para explicar el mundo físico valiéndose de ideas y conceptos del mundo biológico. Fue una estrategia de argumentación que tuvo su origen en la observación del crecimiento y decadencia de los seres vivos. Plantas y animales, e incluso el hombre, habían crecido sólo en el lugar donde las condiciones de la tierra y clima les eran favorables.6 El organicismo mecanicista consideraba que “la condición humana podía y debía ser explicada como un todo armónicamente unido: cuerpo y mente de los hombres; razón y emoción; organismo vivo como parte de su entorno natural”. Defendían la idea de que existe una ley natural que rige el progreso estable de la “raza humana” hacia niveles superiores de libertad reflexiva, de carácter racial y nacional.7 Esta forma de concebir la realidad social fue tan importante que no se escapó de su influencia alguna cien- cia social de la época.8 Por ejemplo, el barón de Montesquieu escribió sobre “las leyes en rela- ción con la naturaleza del suelo” en su obra Espíritu de las leyes. Afirmaba que el clima (cálido, frío y moderado) y el suelo (fértil e infértil) tienen “in- fluencia determinante” en el desarrollo de instituciones políticas. Por eso, D. R. © 2013, Instituto Mora Se autoriza la reproducción total o parcial de este artículo, siempre y cuando se cite la fuente.


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