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Tres miradas a la historia contemporánea (electronico)

Tres miradas a la hisToria conTemporánea isbn: 978-607-9294-05-2 está definida por la geografía del lugar donde radican.23 Las condiciones geográficas son la clave, decía, para explicar la evolución social y el desa- rrollo de la civilización. Al inicio del tomo iii de History of Mankind, Ratzel trazó en un mapa una franja desde la península ibérica y el Mediterráneo, al extremo oriental en el Pacífico. Esta franja representaría la frontera de la civilización moderna. Ratzel explicó que en este cinturón fronterizo del antiguo mundo habitaron diferentes culturas que se continuaron una a otra. Cada cultura estuvo radi- cada en un territorio demarcado, aunque se “interpenetraron” durante siglos. “La pradera y la tierra arable en un clima templado son las condiciones de- terminantes para que una civilización pudiera surgir.”24 Y, por el contrario, en donde tales condiciones determinantes no existieron, los pueblos nativos quedaron obligados a dedicarse a la cacería, la conquista y el saqueo.25 18 Para Ratzel, “la sociedad es el intermediario por el cual el Estado se une al suelo”. Las diferentes formas de relación de los hombres con el suelo afec- tan la naturaleza del Estado. El sentido de propiedad recae en la sociedad y la defensa de esa propiedad en el Estado. Es por eso que cuando una población es poco densa y no tiene necesidades de un territorio extenso, “produce un Estado de nómadas, en el que el carácter distintivo es una fuerte organiza- ción militar, imprescindible por la necesidad de defender vastas extensiones de tierra con pequeño número de habitantes”.26 Según Ratzel, el sentido de propiedad territorial no fue exclusivo de los Estados avanzados, pues incluso en las sociedades poco evolucionadas existió el sentido de territorialidad. En History, Ratzel describió la existencia de un sentido de propiedad territorial entre ciertos pueblos indios america- nos, y señaló que la existencia de ese sentido de propiedad fue negado y rechazado por los conquistadores europeos para reforzar sus propios dere- chos de ocupación.27 Ahora bien, si algunos pueblos indios americanos tuvieron cierta no- ción de territorio, entonces debieron haber desarrollado la idea de frontera. Efectivamente, Ratzel puso los ejemplos de tribus americanas que tenían un territorio demarcado y cerrado, de manera que los extraños deberían pedir permiso para ingresar a sus dominios. Esta práctica fue común entre los patagones, en las civilizaciones maya y azteca, y en ciertos pueblos cazadores norteamericanos.28 Colección Cuadernos de Trabajo de Posgrado • Historia Moderna y Contemporánea • Doctorado


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