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Tres miradas a la historia contemporánea (electronico)

La oposición en ciudad deL carmen aL partido sociaLista agrario de campeche A. May empaque de la mercancía, para lo cual Boyd no los consideraba calificados. Cuando el comerciante optó por ocupar a los trabajadores libres, los afiliados a las ligas se lo impidieron e, incluso, rodearon su casa en forma amenazado- ra. Esta acción fue apoyada por el munícipe y por el comandante de policía, quienes proporcionaron armas a los ligados. Ante esta situación, Boyd optó por elevar una queja ante Obregón a fin de que interviniera a su favor.69 De nueva cuenta el líder del psac deslindó a sus seguidores de este problema y argumentó que el problema sólo se reducía a la celebración del contrato de trabajo, a lo que los ligados tenían derecho. No deja de llamar la atención cómo la figura de Flores se imponía al gobernador Castillo Lanz, lo que es muestra de la preponderancia política que, hasta entonces, el primero tenía en la entidad a pesar de no estar al frente del gobierno estatal, pero sí en la dirección del Socialista Agrario de Campeche. El mismo líder del psac aclaró que Boyd siempre había gozado de todas 69 las garantías y que, por el contrario, el reconocimiento de los derechos labo- rales era lo que el empresario interpretaba como un obstáculo. Así, al ser de conocimiento de los trabajadores ligados que se embarcaría un cargamento de chicle, trataron de llegar a un arreglo para lograr una mejor paga. No obs- tante, el empresario se rehusó, arguyendo que él era extranjero y no estaba en posibilidades de “contraer ningún compromiso y mucho menos entrar en arreglo con ninguna agrupación obrera”, además de acusar a los trabajado- res de ser “servidores de un gobierno”.70 De este modo, Félix Flores justificó el derecho de los integrantes de la liga a reunirse y convocar a los demás carretilleros, jornaleros y otros traba- jadores de los puertos de todo el país a establecer un boicot en contra de Boyd; aunque insistió en negar que los obreros y la fuerza municipal hayan rodeado su residencia y, mucho menos, habérsele exigido que sólo se contra- tara a los trabajadores pertenecientes a las ligas. Por el contrario, acusaban al patrón de olvidarse del derecho que asistía a los trabajadores de reclamar un precio justo por su trabajo. Después de esta denuncia, a la que se hizo difu- sión a escala nacional, los integrantes de la Unión de Carretilleros levantaron el boicot en contra de los intereses de Roberto S. Boyd.71 Otro de los conflictos en el Carmen fue el que enfrentó a Santos Calde- rón con sus trabajadores. El problema radicó en que los empleados de sus fincas Ensenada y Punta Real querían un aumento de salario que, hasta ese D. R. © 2013, Instituto Mora Se autoriza la reproducción total o parcial de este artículo, siempre y cuando se cite la fuente.


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