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Tres miradas a la historia contemporánea (electronico)

La oposición en ciudad deL carmen aL partido sociaLista agrario de campeche A. May José María Vallejo se trasladó al lugar de los hechos y “con lujo de violencia” desarmó a la policía local, mientras que profería ofensas contra el gobierno estatal y acusaba a uno de sus agentes como autor de la muerte de integran- tes del ppr. La intervención del presidente Obregón obligó a Vallejo a abste- nerse de intervenir en asuntos que sólo competían a las autoridades civiles y locales, lo que terminó por desagradar a dicho militar.82 Posteriormente, en los primeros días de diciembre, los dirigentes del ppr se enfrentaron de nueva cuenta con los agentes de seguridad pública cuando estos reprimieron a sus elementos en ocasión de una manifestación política. En ese momento, también los del Popular Revolucionario contaron con el respaldo del jefe de la guarnición militar en Campeche, el coronel Vallejo, simpatizante delahuertista. En este punto la presencia del ejército era muy débil en Campeche y, en general, en toda la península desde el retiro del ge- neral Alejandro Mange como jefe de las Operaciones Militares en esta región, 73 con lo que había quedado un vacío del poder militar en esta parte del país. De este modo, la más alta autoridad militar en Yucatán era el jefe de la guarnición en Mérida, el Coronel Carlos T. Robinson, en tanto que en Cam- peche Rafael Durazo era jefe de Operaciones, pero con carácter de interino y sin el rango de general, y José María Vallejo era el jefe de la guarnición militar en el estado. Tal vez por eso, en un principio la asonada delahuertista no tuvo una cabeza militar de importancia o visible y parecía que sólo era una revuelta entre los militares de bajo rango.83 El 5 de diciembre de 1923 estalló la rebelión en Veracruz y dos días después, tanto Flores como Castillo Lanz y el coronel Durazo recibieron un mensaje de Carrillo Puerto en donde les informaba de la crisis política y mi- litar que había en el país e instaba a las autoridades campechanas a apoyar al gobierno federal. A esta petición los políticos contestaron positivamente y ofrecían las fuerzas del 40 batallón que permanecía en Campeche para que salieran a combatir a Veracruz. A partir de entonces, los gobernadores penin- sulares hicieron esfuerzos conjuntos para respaldar al grupo obregonista,84 pero se empezaron a notar actitudes sospechosas que crearon incertidumbre hacia Rafael Durazo. Carrillo Puerto no creía en la fidelidad de este, ya que había protestado su lealtad a Obregón en un telegrama en clave. Es decir, lo había redac- tado en forma tal para que Guadalupe Sánchez no se percatara de ello y D. R. © 2013, Instituto Mora Se autoriza la reproducción total o parcial de este artículo, siempre y cuando se cite la fuente.


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