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Espacios Tatuados

Hacia un desarrollo local... D. N. Martínez senta una respuesta para incrementar los ingresos familiares y fortalecer el tejido productivo, especialmente frente a la experiencia que ha dejado la explotación petrolera y a su característica intrínseca de ser un recurso finito. En este escenario, los microempresarios de la Chontalpa –nietos de dirigentes cacaoteros–, buscaron la trasformación del producto vendiendo chocolate en pequeña escala en los municipios y en otros estados. Si bien en los años setenta ser cacaotero era sinónimo de prestigio y poder, sobre todo para quienes eran líderes, puesto que tenían facilidad de crédito y todo el apoyo gubernamental, hoy las organizaciones cacaoteras persisten entre fuertes presiones, desde plagas que amenazan la desaparición de las planta- ciones hasta conflictos entre sus miembros por el monopolio o la corrupción imperante. Así, la crisis económica, la entrada del neoliberalismo y la caída internacional del precio del cacao llevaron a la importación del producto procedente de África (que si bien es más barato, es de mala calidad). Ade- 109 más, la prioridad gubernamental otorgada al recurso petrolero, la corrupción entre los líderes regionales8 y locales de las asociaciones productoras y la falta de un control sanitario de las plagas, entre otros factores, provocó la debacle de este cultivo. Por todo lo anterior, en este artículo se parte de la idea de que el cacao- tero ha permanecido aun con la dependencia del gobierno al sector petro- lero, y que uno de los factores que explican este hecho es el sentimiento de continuar con una práctica productiva heredada y porque existe un merca- do. Como lo explica claramente uno de los microempresarios chocolateros, Alejandro Campos, en la siguiente entrevista: “El abuelo Otto Wolter murió en 1982. Mi suegra se hizo cargo de la empresa chocolatera, la conservó por amor al chocolate, se dejó de vender 100 000 … en noviembre de 1999 mi esposa nieta del abuelo y yo nos hicimos cargo de la empresa, rediseña- mos todo, las etiquetas, empaques, nuevas etiquetas, nuevos empaques, todo nuevo … y se comercializa.”9 Preguntando al mismo microempresario cuáles fueron los motivos por los que abrió la empresa, contestó lo siguiente: “Es una tradición familiar, y es para promover una cultura del cacao, que ya es parte de la cultura del lugar, el chocolate fue y es parte de la cultura de Tabasco, de los antiguos chontales, es un producto histórico que es satisfactorio continuarlo hasta D. R. © 2012, Instituto Mora Se autoriza la reproducción total o parcial de este artículo, siempre y cuando se cite la fuente.


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