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Espacios Tatuados

Espacios tatuados. Textos sobre el estudio de las regiones y los territorios isbn: 978-607-7613-86-2 así –con la eliminación del sistema de precios de garantía– en el principal programa de la Sagarpa, ejerciendo alrededor de un cuarto del presupuesto total de esa Secretaría. En 2009, el presupuesto del Procampo fue de 16 800 millones de pesos frente a un presupuesto total de la Sagarpa de 70 700 mi- llones, es decir 23.8%.12 Sin embargo, en términos reales, el presupuesto del programa cayó de manera significativa entre 1994 y 1999 (con una reduc- ción de 34.6%), recuperándose muy parcialmente en los años 2000 (véase cuadro 1). De esta manera, el valor real del presupuesto del Procampo tuvo una caída de 28.3% entre 1994 y 2009. De la misma forma, la parte que re- presenta el Procampo en relación con el pib primario bajó de 6.5% en 1994 a 4.4% en 2007. En su primer año de funcionamiento, el apoyo del Procampo fue de 350 pesos por hectárea en el ciclo agrícola primavera-verano, el equivalente 66 a 100 dólares, y de 330 pesos en el ciclo otoño-invierno.13 El programa ex- perimentó varias reformas para beneficiar de mejor manera a los pequeños productores sin sistemas de irrigación, de tal forma que en 2009 los apoyos se dividieron en tres cuotas diferentes: la Cuota Alianza, de 1 300 pesos por hectárea para las explotaciones sin irrigación de hasta cinco hectáreas plantadas en el ciclo primavera-verano; la Cuota Preferente, de 1 160 pesos por hectárea para las explotaciones del ciclo primavera-verano sin irrigación de más de cinco hectáreas en once estados elegibles y con un límite de su- perficie en cada caso;14 y la Cuota Normal, de 963 pesos por hectárea para todas las explotaciones del ciclo otoño-invierno y para el resto de las explo- taciones del ciclo primavera-verano (explotaciones con irrigación y aquellas sin irrigación de más de cinco hectáreas en los estados no elegibles para la Cuota Preferente o que exceden los límites de superficie en los once estados elegibles).15 Sin embargo, en términos reales, los apoyos se han reducido: el monto real del apoyo de 1994 en pesos de 2009 fue de 1 694 pesos para el ciclo primavera-verano y 1 597 para el ciclo otoño-invierno (véase cuadro 2), lo que significa que las modificaciones al Procampo en realidad no han traído mayores recursos a los pequeños productores sin irrigación –el monto real del apoyo incluso bajó ligeramente para estos–, sino más bien penalizó a las grandes explotaciones irrigadas. De hecho, la baja gradual de los apoyos formaba parte de la concep- ción original del Procampo. Se previó que el programa durara quince años, Colección Cuadernos de Trabajo de Posgrado • Estudios Regionales • Maestría


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