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Espacios Tatuados

Espacios tatuados. Textos sobre el estudio de las regiones y los territorios isbn: 978-607-7613-86-2 En 2002, 74.9% de los beneficiarios tenían explotaciones de hasta cinco hectáreas y sumaban 31.3% de la superficie apoyada por Procampo –una caída desde 1999, cuando representaban 85.6% de los beneficiarios y 47.6% de la superficie apoyada–, mientras que 15.9% de los beneficiarios tenían explotaciones de entre cinco y diez hectáreas y reunían 21.5% de la superficie apoyada (en 1999 representaban 10.2% de los beneficiarios y 22.2% de la superficie apoyada), y 9.2% de los beneficiarios tenían explo- taciones de más de diez hectáreas y concentraban 47.2% de la superficie apoyada (en 1999 representaban 4.3% de los beneficiarios y 30.2% de la superficie apoyada) (Puyana y Romero, 2005: 71-72). En 2007, no obstante las reformas al programa, los productores con explotaciones de hasta cinco hectáreas representaban 85% de los beneficiarios del Procampo pero reci- bían sólo 35% de los apoyos.35 De esta manera, de la totalidad de recursos 82 distribuidos por el Procampo entre 1994 y 2009, 19% se concentró en sólo 1% de los beneficiarios, 53% se concentró en 10% de los beneficiarios, 69% se distribuyó entre 20% de los beneficiados, y tan sólo 31% de los recursos se distribuyó entre el restante 80% de los productores apoyados.36 De esta ma- nera, grandes empresas agroalimentarias, muchas transnacionales, se benefi- cian generosamente de este subsidio, como lo demuestra una revisión de los principales beneficiarios del Procampo.37 La concentración de los recursos del Procampo por parte de grandes productores comerciales también se traduce en una concentración regional de los apoyos en las zonas de agricultura empresarial. De esta forma, estados como Tamaulipas, Zacatecas, Sinaloa y Jalisco han recibido cada uno más de 7% de los recursos distribuidos por el Procampo entre 1994 y 2009, mien- tras que estados característicamente campesinos como Oaxaca, Guerrero e Hidalgo han recibido menos de 4% cada uno.38 Por otra parte, como para muchos otros programas sociales y apoyos gubernamentales en México, el Procampo ha sido utilizado en diferentes estados con finalidades electorales. Se puede percibir que los apoyos se han entregado con oportunidad –es decir antes de la siembra– en aquellos esta- dos en donde se celebran elecciones, mientras que el resto de los produc- tores queda sujeto a tiempos desfasados; conjuntamente, el hecho de que alrededor de 50% de los apoyos llegue después de la cosecha aumenta la utilización no productiva del subsidio.39 Colección Cuadernos de Trabajo de Posgrado • Estudios Regionales • Maestría


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