RepResentaciones y pRácticas sociales isbn: 978-607-9294-01-4 En el ámbito de la enseñanza, que fue campo muy importante de la opo- sición Estado-Iglesia, si bien la Constitución de 1857 garantizaba la libertad de enseñanza, se dieron los primeros pasos para secularizarla y eliminar la educación religiosa de las escuelas públicas por medio de diversos decretos y reglamentos.2 Sin embargo, para los liberales y el Estado del siglo xix, la ense- ñanza laica ante todo significaba la neutralidad escolar, ya que era suficiente suprimir la religión en las escuelas para excluir a la Iglesia de la educación y debilitar su influencia. El surgimiento de la unPf, en este sentido, puede verse también como resultado del largo conflicto entre el Estado y la Iglesia. Esta resistió los cam- bios lo mejor que pudo y de diversas maneras: ya fuera mediante documentos pastorales, promoviendo la lucha armada, poniendo en marcha una política social y promoviendo organizaciones de seglares que fueran combativas y 132 trabajaran a favor de sus intereses. Y la Unión era una de ellas, pues lucharía por la libertad de enseñanza. Para esta organización, la libertad de enseñan- za era entendida como la facultad de poder impartir enseñanza religiosa en las escuelas públicas. En teoría, la unPf se refería a que los padres, indepen- dientemente de su confesión, tenían el derecho a que sus hijos recibieran aquel tipo de enseñanza; pero de hecho, aunque no lo declaraba de forma abierta, la libertad de enseñanza para la Unión era la posibilidad de impartir la religión católica, con exclusión de cualquier otra, ya que argumentaba que constituía la fe de la mayoría de los mexicanos. No obstante, también debemos ver a la unPf como el reflejo de la dis- puta entre dos proyectos de nación, el revolucionario y el de la Iglesia, y, en un aspecto coyuntural, como una reacción y una oposición a la Constitu- ción de 1917. El proyecto revolucionario buscaba inculcar, por medio de la educación, una ideología y un nacionalismo seculares, para de este modo crear una mentalidad y una visión del mundo y de la vida libres de prejuicios religiosos y explicaciones sobrenaturales. En este sentido, la educación era considerada como la vía idónea para formar ciudadanos leales al Estado y libres de influencias religiosas. Como bien apunta Alan Knight, el régimen re- volucionario, que se veía a sí mismo como heredero del liberalismo del siglo xix, buscaba fincar, como también lo deseaba la Iglesia, una hegemonía sobre bases populares, pero también reformar al pueblo y la cultura. Se trataba de crear, entonces, un “hombre nuevo”, que fuera trabajador, educado y con Colección Cuadernos de Trabajo de Posgrado • Historia Moderna y Contemporánea • Maestría
Representaciones y practicas sociales
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