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Representaciones y practicas sociales

RepResentaciones y pRácticas sociales isbn: 978-607-9294-01-4 encontrándose la Iglesia en las pésimas circunstancias de todos conocidas, es imposible que su acción bienhechora se deje sentir en la debida forma: se nos ha privado de todos los derechos y se nos ha maniatado de tal suerte, que no podemos realizar las obras que desde hace mucho tiempo están haciendo falta”. Para terminar, denunciaba que la persecución religiosa continuaba, pues los obispos estaban exiliados o desterrados de sus diócesis, que en va- rios estados se impedía el ejercicio del sacerdocio y que estaban cerrados los lugares de culto y se restringía el número de sacerdotes, además de que a estos se los encarcelaba y multaba; igualmente, se decía que el gobierno estaba expropiando bienes inmuebles de ciudadanos pacíficos por el simple hecho de ser católicos, para así acabar con la propiedad privada urbana, con el pretexto de la ley de nacionalización de los bienes del clero.50 Hay que comentar en relación con la pastoral anterior que de 1931 150 hasta 1935, a principios del régimen cardenista (1934-1940), efectivamente, el anticlericalismo resurgió de forma intensa, por muy probable iniciativa de Calles (que quería quizá provocar otro conflicto con el clero, para intervenir y mostrarse después como el salvador de la patria). La situación de la Iglesia en este periodo, según muchos católicos y eclesiásticos, fue una de las peo- res de su historia. Volvió a ser hostigada y los templos fueron clausurados de nuevo; y los prelados y sacerdotes perseguidos, arrestados y expulsados del país, como, por ejemplo, Francisco Orozco y Jiménez, arzobispo de Guada- lajara, y Leopoldo Ruiz y Flores, delegado apostólico y arzobispo de Morelia. La situación era muy precaria para la Iglesia, puesto que había muy pocos sa- cerdotes oficiando en el país (por las leyes estatales que limitaban el número de sacerdotes). Tan grave era la situación, que Ruiz y Flores llegó a decir que la Iglesia había dejado de funcionar en México.51 La situación mejoró poco a poco durante el sexenio con Cárdenas, que aunque también compartía las ideas anticlericales, se dio cuenta de que seguir enfrentándose y provocando al clero afectaría sus planes de reforma y crisparía aún más los ánimos de los sectores de la población que se sentían ofendidos. Así, varios prelados exiliados pudieron regresar a México. También, el gobierno comprendió que anticlericales extremistas, como Tomás Garrido Canabal en Tabasco, repre- sentaban un problema que no contribuía a los esfuerzos por sacar adelante las reformas, aparte de que eran gente afín a Calles, cuya influencia el pre- sidente quería sacudirse, lo que al final consiguió. A esta mejoría en la rela- Colección Cuadernos de Trabajo de Posgrado • Historia Moderna y Contemporánea • Maestría


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