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Representaciones y practicas sociales

AlAs pArA Chile C. E. Valdez institución diferente con valores propios. Aquí, la toma de decisiones en mo- mentos críticos tiene un valor impensado en las demás armas, mucho más regimentadas y programadas para subsumir la individualidad en el cuerpo. Las secciones de “decálogos” y lecciones de modales nos hablan de un es- fuerzo corporativo para la necesidad de “educar” al piloto para asumir su posición como un eslabón más de la vida virtuosa de las fuerzas armadas. Se trató de un intento de incorporar a los cadetes de la fuerza aérea que prove- nían de familias de clase media y sin una tradición familiar tan fuerte hacía las instituciones armadas. La revista también nos permitió ver el debate constante que se susten- taba no sólo dentro de la fuerza aérea sobre el papel de la nueva arma en la guerra moderna. Cuestionados, en ocasiones por las revistas del ejército, los pilotos militares deseaban afirmar la primacía de la guerra en el aire, por encima de la guerra convencional. De esta manera el debate por mantener a 195 la aviación bien equipada y entrenada abarcaba el ámbito nacional armado, no sólo hacia adentro de la fuerza aérea, referente a las técnicas y tácticas militares de la guerra en el aire. Podemos afirmar, entonces, que es el arma la que, ya entrado el siglo xx, tenía que seguir justificando su existencia como entidad autónoma, por haber surgido de una fusión de servicios aéreos de las dos ramas tradicionales. Su reciente aparición como rama independiente de los institutos armados fue quizá responsable de los vaivenes doctrinales. Mientras el ejército mantuvo el bien arraigado mito del prusianismo y la ma- rina sostuvo los esquemas ingleses, 46 la fach siguió redefiniendo su identi- dad y sus referentes doctrinarios fueron cambiando conforme fue pasando el tiempo. La influencia inglesa, francesa, la integrista franquista y finalmente la estadunidense fueron marcando la transformación de su imaginario profesio- nal y la idea del piloto modelo. Cada una de estas identidades fungió como hegemónica en determinados momentos.47 Las entrevistas nos mostraron que fue el reclutamiento en las escuelas secundarias el principal vehículo de incorporación al arma en cuestión. La mística de un grupo de hombres uniformados imbuidos de los beneficios y el impulso aventurero que representa la fuerza aérea fue, sin duda, un atractivo que ayudó a la conformación de un grupo heterogéneo, con aspiraciones y expectativas de ascenso social. Este origen predominantemente externo a la “casta” quizá haya sido el responsable de la preferencia expresada en los D. R. © 2012, Instituto Mora Se autoriza la reproducción total o parcial de este artículo, siempre y cuando se cite la fuente.


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