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Representaciones y practicas sociales

RepResentaciones y pRácticas sociales isbn: 978-607-9294-01-4 (1975) de Milos Forman, basada en la excelente novela Alguien voló sobre el nido del cuco (1962) del escritor contracultural Ken Kesey, quien resignificó una canción infantil para hacer referencia a aquellos que están dispuestos a volar por encima de las normas y reglas de la sociedad tradicional. En su in- tento por elevarse sobre un nido de despotismo, Randle McMurphy, el prota- gonista, quien simboliza la rebeldía y la libertad, cae víctima de la represión del statu quo personificada por la señorita Ratched, la “gran enfermera”. Las representaciones del hospital psiquiátrico como un lugar alienante y del uso de los psicofármacos, los electroshocks y las lobotomías como medios de coerción psicológica y física, colocaron tanto al libro como al filme dentro del ambiente antipsiquiátrico de la época, pues evidentemente criticaban de manera frontal a la psiquiatría institucional biologicista. En este texto vamos a analizar algunas películas mexicanas que inten- 208 taron volar sobre el nido del cuco al cuestionar, de alguna u otra forma, la psiquiatría y los manicomios, a la luz de la recepción de las ideas antipsi- quiátricas en nuestro país durante las décadas de 1970 y 1980. Se examinará la influencia de la antipsiquiatría (movimiento que entre 1960 y 1970 puso en duda los principales fundamentos de la psiquiatría) en el cine mexicano a través de cuatro filmes: La mansión de la locura (1971), de Juan López Moc- tezuma; El infierno de todos tan temido (1979), de Sergio Olhovich; María de mi corazón (1980), de Jaime Humberto Hermosillo, y Los renglones torcidos de Dios (1981), de Tulio Demicheli.4 Es importante señalar que en México se han realizado pocas investi- gaciones sobre las representaciones de la locura y de la psiquiatría en el cine nacional.5 En ese tenor, hasta ahora no se ha estudiado el impacto que pudo haber tenido la antipsiquiatría en la cinematografía mexicana durante los setenta,6 tomando en consideración que dicha tendencia también se vio reflejada en otros sectores de la cultura de la clase media mexicana, como el editorial y el periodístico, como se verá más adelante. Ahora bien, más allá de considerar si tales películas ofrecen una versión fidedigna o errónea de la “realidad” de la psiquiatría, la locura y los manico- mios, como han hecho la mayoría de los estudios al respecto,7 aquí nos propo- nemos estudiar los filmes como documentos históricos, es decir, como fuentes documentales. Pretendemos “realizar la lectura de las ficciones audiovisuales, sin reducir el análisis a la comparación con una supuesta ‘verdad histórica’ Colección Cuadernos de Trabajo de Posgrado • Historia Moderna y Contemporánea • Maestría


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