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Representaciones y practicas sociales

“Los que voLaron sobre eL nido deL cuco.” F. Morales Lo anterior podemos apreciarlo en los filmes seleccionados. Por ejem- plo, el doctor Maillard en La mansión de la locura le comentaba a su visi- tante: “Considero a todos los locos como mis hijos, y este es su hogar tanto como es mi reino.” En El infierno de todos tan temido el doctor Morales, di- rector de un asilo privado, ordenó a los pacientes retirarse temprano a sus ha- bitaciones, tras lo cual, estos increparon: “Esto ya no parece hospital, parece una cárcel del siglo pasado; al fin que somos bestias ¿no?; porque traen bata blanca se creen dioses; ni que fuéramos animales; miserables batasblancas, se creen la mamá de Tarzán; son unos sádicos, miren nada más como nos tienen.” Y después de una discusión con el doctor Morales, una paciente fue sometida por varios enfermeros, por lo cual ella gritaba: “No sean montone- ros, abusivos, verdugos hijos de la chingada, ya quisiera verlos con alguien que les diera su merecido.” Igualmente, en Los renglones torcidos de Dios el automóvil del doctor 223 Alvar, el director médico, es perseguido y apedreado por una muchedum- bre de locos enfurecidos debido a que él había ordenado el aislamiento de Alicia tras su fuga. Ante esta situación, el doctor Alvar decide dejar su pues- to, pero queda la impresión en el espectador de que se trata de un médico despiadado, corrupto y sin escrúpulos al prestarse en el internamiento ilegal de Alicia. Entonces, el hospital psiquiátrico es percibido como un lugar que se presta a acciones ilícitas, y los psiquiatras son vistos como personajes deshonestos coludidos por intereses económicos con hombres que desean deshacerse de sus esposas. Los enfermeros, de igual manera, también se muestran en los filmes como personajes déspotas e intransigentes. Por ejemplo, en María de mi corazón la mencionada enfermera que mató a una paciente, se justificaba ante la directora del hospital: “no’más le iba a dar sus nalgadas a esa es- cuincla, pero no sabe como se puso de brava y no había quién me ayudara”, a lo que la directora contestó: “es que ya son tres las ‘accidentadas’ en lo que va del año, no puede ser”. En Los renglones torcidos de Dios Alicia declaraba: “Deberían de eliminar a esa enfermera antipática; les hace daño a los enfermos, se cree una dictadora”; y otra enfermera le respondió: “No es fácil mantener la disciplina en este lugar, ella tiene que ser ruda.” Y en El infierno de todos tan temido en el momento que Jacinto está en el cuarto de D. R. © 2012, Instituto Mora Se autoriza la reproducción total o parcial de este artículo, siempre y cuando se cite la fuente.


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