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Espacios Tatuados

Espacios tatuados. Textos sobre el estudio de las regiones y los territorios isbn: 978-607-7613-86-2 260). Con sus excepciones, lo anterior engloba las distintas formas de organi- zación comunitaria de buena parte de los pueblos indios de México. En concordancia con lo señalado hasta ahora, considero que en la sie- rra Tarahumara sucede algo distinto, por ello a continuación expongo con detalle y de manera cronológica aquellos componentes que me parecen los más importantes y característicos de la organización comunal en las pobla- ciones indias de la Tarahumara, particularmente rarámuri. Formas de organización comunal en la Tarahumara Dentro de los elementos constitutivos de las formas de organización comu- nal entre la población rarámuri, considero que el patrón de asentamiento 172 desempeña un papel fundamental. Por tanto, planteo al sistema de ranche- rías dispersas, aisladas y con baja densidad poblacional, como el eje rector del análisis histórico de la organización social rarámuri. Previo al arribo de los primeros españoles a los territorios septentriona- les, en el inicio del siglo xvii existían básicamente, según Edward Spicer, tres formatos diferentes de apropiación y emplazamiento del medio por parte de los grupos que habitaban en el norte del territorio colonial: aldeas, bandas y rancherías. Estos formatos posibilitaban la concentración de miles de gentes y estuvieron representados por una variedad de grupos étnicos, como los indios-pueblo para el caso de las aldeas; navajos y apaches, para las bandas; y rarámuri, para las rancherías (Spicer, 1962: 14). El primer formato consistió en el asentamiento de la población en pe- queñas aldeas compactas, gracias a un mayor desarrollo de técnicas agríco- las como el sistema de riego y el aprovechamiento de las vertientes de los ríos, lo que propició una agricultura intensiva. Los miembros de este forma- to estaban organizados mediante un complejo sistema ceremonial regido por los sacerdotes (iniciados o chamanes). Las villas estaban compuestas por un continuo de casas hechas de mampostería. Se estima que alrededor de 40 000 personas vivían bajo este formato de aldeas previo a la llegada de los primeros españoles. Las principales poblaciones se encontraban a lo largo del Río Grande, en Nuevo México y en Colorado (Spicer, 1962: 14). Colección Cuadernos de Trabajo de Posgrado • Estudios Regionales • Maestría


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