La sociología política desde una trayectoria académica contrario, tal vez mi entusiasmo desmedido implicó que el camino se hiciera doble- mente largo para poder entrar realmente a investigar sobre un campo ampliamente documentado como el de la migración internacional en México, país de gran recono- cimiento por la amplitud y profundidad de sus estudios migratorios. Así, ¿cómo poder decir algo nuevo, diferente, relevante o por lo menos revisado desde otros ojos sobre este campo? Primera lección: no todo lo que inquieta y emociona es susceptible de volverse investigación científica, sino que hay un largo trayecto para lograr dar el giro de la pasión a la construcción de un hecho científico. Pero sin pasión no hay ciencia, porque esta requiere del motor del interés perma- nente, que es fundamental en estudios de largo plazo, muy distintos a las decisiones políticas o administrativas que suelen ser de corto plazo, lo cual fue planteado por el mismo Max Weber al distinguir entre el quehacer de científicos y políticos.1 Así que, luego de una trayectoria que se mide en años y grados escolares, afiné mis variables de interés dentro del gran campo migratorio, que derivaron en el estudio de la dimensión política de la migración. Durante esos años trabajé también en un refinamiento de la perspectiva teórica que le dio contenido y carácter explicativo más profundo a mis observaciones iniciales y me abrió un universo prácticamente inexplorado de la mi- gración desde la lógica teórica, lo que a su vez me permitió sumar nuevos conceptos y definiciones. En ese marco publiqué mis primeras investigaciones desde una perspectiva nove- dosa, aun dentro de los estudios migratorios mexicanos, pues temas como la cons- trucción de la identidad política y la socialización de valores políticos en un contexto de migración estaban escasamente referidos en la producción científica mexicana cuando publiqué mis primeros textos. Segunda lección: uno sólo puede decir algo nuevo cuando tiene algo nuevo que decir. Aquí hay un elemento que desde mi perspectiva es inevitable incluir pese a las in- tenciones de “neutralidad” atribuidas a la ciencia. En el caso de los hechos sociales como objeto de estudio, el contexto (no la coyuntura) y el momento histórico (que implica un largo plazo) son elementos definitivos e intrínsecos a toda investigación. Somos resultado de nuestro tiempo, lo mismo que nuestras investigaciones. En mi caso soy de la generación de la transición política en México; mis sueños, mis estu- dios, mis debates teóricos… se enmarcan en este tiempo, especialmente en mi país, al que veo desde dentro y puedo ver, gracias a numerosos apoyos, también desde fuera. Ese dato es fundamental para el tema que investigo, porque al cabo de un tiempo el debate teórico de mis tesis escolares me permitió acotar aún más mi objeto, a la vez que me abrió el camino hacia la discusión teórica frente al caudal de procesos, ideas e intercambios planetarios que el fin de siglo facilitó. 1 Weber, Científico, 2007. 24
Investigar para Incidir
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