Page 4

Investigar para Incidir

Leticia Calderón Chelius La ciencia social asediada: “¿Y usted, trabaja o investiga? y ¿a qué hora sale al pan?” La construcción de un objeto de estudio lleva tiempo, ensayos y errores, antes de po- der siquiera decir algo que contribuya a un campo de conocimiento. Ese proceso es parte de la formación académica que en sí misma es ya una actividad de tiempo com- pleto, con sus ritmos, códigos, reglas y ritos. El siguiente paso tiene que ver con la profesionalización de la carrera científica, que en el caso de cada científico implica consolidar la propia línea de estudio dentro de nuevos proyectos de investigación. Por tanto, cada nueva investigación, aunque sea en el mismo campo de estudio, supone un nuevo reto que conlleva un avance en la propia ruta de investigación personal, en el marco de una institución que a su vez tiene sus propios objetivos. De esta manera, el científico social es como un malabarista circense, pues tras concluir un proyecto debe ya estar pensando en el que sigue, teniendo en mente, al mismo tiempo, los posibles proyectos que derivan de la misma línea de investigación. Esta actividad toma vida por sí misma y su objetivo está claramente enmarcado en la realización y conclusión de las investigaciones que deriven de un macro proyecto. Investigar, concluir una investigación, presentarla y volver a iniciar otra donde se da un proceso de postulación de hipótesis, conocimiento profundo de un campo, avance en dicho conocimiento, análisis, conclusiones y, eventualmente, presentación de resultados, son por sí solas tareas cuyo objetivo es aportar conocimientos sólidos, neutrales e imparciales. Es en este punto donde hay una especie de incomprensión que yo he calificado de “asedio”, para ponerle un toque melodramático, pero sobre todo por llamar la atención sobre los problemas que derivan de esta incomprensión al cuestionar la “utilidad” de la ciencia. Cuando los resultados de una investigación cir- culan de manera pública —que puede ser un tiempo bastante posterior a la propia conclusión de la investigación realizada— a los científicos sociales se les demanda cada vez más, y de manera apremiante, justificar la utilidad de todo un proceso del que los resultados son sólo una parte. El investigador, por tanto, debe hacer ahora su inves- tigación y eventualmente explicarla, cuando lo que este produce son insumos que en una cadena de conocimiento social más amplia es claro que la producción científica alimenta distintos campos. Uno, el fundamental y más básico, el avance del conoci- miento del tema que aborda, central por su relevancia para la comprensión de la so- ciedad, para entender el entorno. De esta manera, cada investigación es una fuente de aclaración social y aporta en definir las nociones que le dan sentido a la convivencia humana, las cuales tiene un origen, un proceso histórico y una complejidad sólo visibles cuando son reveladas por la propia ciencia. Valores sociales como democracia, ciudadanía, derechos humanos, tolerancia, pluralismo, diversidad… son sólo ejemplos de contenidos muy complejos, pero fundamentales, que la ciencia busca traducir al definirlas. La ciencia, en este sentido, es como el arte: cada obra permite sentir, conocer y afirmar valores humanos como la belleza o sus contrarios, pero no por existir un cuadro o una escultura funda- 25


Investigar para Incidir
To see the actual publication please follow the link above