Desde los setentas, son varias las intervenciones del gobierno mexicano en las que han incrementado la fragmentación de los Centros Históricos, generando segregación y la desapropiación socio-territorial. Estos programas de rehabilitación surgen a raíz de un nuevo orden global, donde organizaciones internacionales estipulan la idea de medidas de emergencia, “Constatando que el patrimonio cultural y el patrimonio natural están cada vez más amenazados de destrucción, no sólo por las causas tradicionales de deterioro sino también por la evolución de la vida social y económica que las agrava con fenómenos de alteración o de destrucción aún más temibles”, Convención de Patrimonio Mundial Cultural y Natural,1972. El despoblamiento del Centro Histórico de la Ciudad de México, generó el inicio del proceso de la desvalorización del patrimonio cultural. Nuevos actores aparecieron, fideicomisos, autoridades, entre otros, dando paso al capital privado para proyectos de restauración y remodelación, concentrados la mayoría en corredores de exclusividad.